sábado, 13 de junio de 2015

Los pioneros

Sosteniéndose con su bordón
al marchar,
asomando bajo la mochila
ya ni saben donde están.

También llevan las palas,
las hachas y un buen azadón,
y además, ¡uf! un balón de gas
para hacer fuego mejor.

La excursión, ¡uf!,
ya va a terminar;
¡menos mal!
Todas las mochilas al llegar
se sientan a descansar.

También llevan las palas,
las hachas y un buen azadón,
y además, ¡uf! un balón de gas
para hacer fuego mejor.

Para encender el fuego
un palo frotan al balón;
es un método fenomenal
para estar de buen humor.

También llevan las palas,
las hachas y un buen azadón,
y además, ¡uf! un balón de gas
para hacer fuego mejor.

sábado, 30 de mayo de 2015

Regir el mundo no es cosa de mortales

En el lugar donde nacen los rayos yo crecí
mas un rayo de este lugar, aunque quisiera, no soy
más bien un ventisquero del sur me trae,
en dirección al norte queda el lugar a donde voy.
Mi padre de la faz de la tierra desapareció cuando nací
mi madre ya no está conmigo el día de hoy
me levanto cada noche a zambullirme y a buscar
un barco para como clandestino viajar a Eloy.

Aquel lugar guarda mis más funestos deseos
dioses y demonios hay allí para suerte mía
necesito encontrar y enfrentar a ese tal altísimo
que me arrebató la oportunidad de tener una buena vida
aquella que al arrebatarme padre y madre
no me dio más que el sustento de mi propia gallardía
al robar, mendigar, chantajear y asesinar
no tengo más opción que cambiar en la tierra mi estadía

Las carreteras de éste sector son buen trayecto para dormir
mientras voy de viaje infiltrado en un bus de inmigrantes
hacia la capital viajan para encontrar alojamiento
y yo como no soy tan tonto busco dónde refugiarme.
Las calles de Zurmaria lo son todo comparadas a las de Tarkawan
ya desde el día de hoy nada será como antes
aquellos rastrojos de pan que comía cuando mendigaba
no se compararán con lo que ahora pueda alimentarme.

Vuelvo ya a mi tierra sin antes recordar
aquellos momentos que viví en la capital Zurmania
asaltando y asesinando a la gente busqué mi estrategia
para que la policía me tomara y a Zidom me llevara.
Tres años bastaron para aprender de los maleantes
que en vez de enemigos se volvieron en quienes me ayudaran
de la cárcel de Zidom obtendría las agallas suficientes
para viajar a Eloy y hacer efectiva mi venganza,

El océano para mí es un mundo desconocido
Dejando ya Tarkawan mi destino es incierto
me embarco en una aventura con principio pero sin final
esperando que las velas se dirijan hacia el norte con el viento.
No tengo mapa ni brújula, quizás sí, pero mi ignorancia es gigante
apenas sé cómo dirigirme en la noche con el cielo
este barco obtenido gracias a la compañía de mi puñal
no me puede fallar, la victoria para mí es a muerte un duelo.

Cuentan las leyendas que para llegar a Eloy
sólo hay que confiar en el altísimo y adentrarse en el mar
lamentable es la noticia que al llegar a tierra
no es Eloy donde me encuentro, sino que en Hi-o Hi-a.
El altísimo obviamente no está de mi parte
pero grande es mi sorpresa al llegar a este lugar
quien me recibe es el que se hace llamar mi padre
yo, yo ya no sé en quién de este mundo confiar.

"Hijo, Hi-o Hi-a es la tierra prometida
no tienes para qué llegar a Eloy y pasar un mal rato
aquellos dioses son quienes nos dan la alegría de vivir
y este lugar es el perfecto en el cual olvidar tus arrebatos"
"¿Padre mío te haces llamar, y no me apoyas?
¿En dónde se encuentra el espíritu paternal y el apoyo de tu manto?
Nada me detendrá de enfrentar al tal altísimo
y si me quieres abandonar como a mi madre, vete y dime dónde ir, pasa el dato".

Hacia el norte me sigo en mi barco dirigiendo
pasados unos días en otra tierra éste encalló
eran piedras ardiendo, aguas hirviendo
y en un momento el altísimo desde las sombras apareció
"No eres quién para desafiarme, tu viaje ha sido en vano
tu padre el paraíso en su esplendor te ofreció
desde que emprendiste tu viaje te encuentras muerto
y ahora el infierno a ti se te designó".

Hombre aquel que osa enfrentar al altísimo
no encuentra más remedio que de su carne la muerte
ahora está en él enmendarse de sus errores
o insistir con su tozudez en intentar ir al frente
ponerse sobre hombros de gigantes para regir a su manera al mundo
no es cosa de mortales, que se atañan sólo a sus deberes
el padre muere por el hijo, ¿y cuál es el pago?
Hijo, ¿vienes conmigo? pues el cielo. Hijo, ¿me desprecias? Pues el infierno, ¡ahí tienes!