Tengo miedo de que trates
a todos los hombres por igual.
No me gustaría que al final
seamos vistos como iguales
y tus actos sean tales
que cada uno por sí sólo
se sienta especial de tal modo
que les creas esperanzas
y en el fondo tu fragancia
no hace más que hacer de todos
unas simples sabandijas
que entre todos no asemejan
lo que tú en ellos dejas:
una simple fantasía
de pasar contigo sus días.
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