domingo, 12 de febrero de 2012

La sombra del deambulante


Fan-fic de un vídeojuego que tal vez reconozcas al leerlo.






   -Falta poco Mono, poco para que puedas volver a despertar.
   Mientras avanzaban a través del camino, Agro cada vez que pisaba la orilla hacía que cayeran piedras a la infinidad del cañón. Ya llevaban 4 días de viaje. El sol durante el día encandilaba los ojos de Agro y durante la noche la niebla no dejaba ver a más de 3 metros. Hubieron días que la lluvia hacía que Agro se resbalara y cayera por los acantilados, por lo que Wander prefirió descansar en cualquier cueva que pillara.
   Al octavo día de viaje finalmente llegaron a su destino. Atravesaron el estrecho camino construido con piedras por los lados que debieron haber medido por lo menos 5 metros de alto. Al llegar al final encontraron un puente larguísimo sin barandas, hecho de piedras, que al final de éste se encontraba un templo colosal rodeado de un valle gigentesco con una geología muy variada, en la cual se encontraban bosques, montañas, ríos, cascadas, cañones, desierto, y una que otra ruina de algún templo corroido por el viento hace cientos de años.
   Agro pasaba a través del puente con mucho cuidado con temor a caer. Pasaron varios minutos antes de llegar al templo. Cuando llegaron, bajaron por un camino en forma de espiral hasta llegar a una pileta que frente a ella estaba la entrada al templo. Avanzaron poco a poco, observando las estatuas gigantes que habían por el corredor. Estatuas de al menos 10 metros de alto que evocaban monstruos de variadas formas.    Al llegar a una piedra en forma de cama, Wander destapó a Mono y la dejó acostada en la piedra. Cuando Wander dio media vuelta, unas sombras empezaron a rodearlo. Hábilmente sacó su espada e intentó matarlas, cosa que fue en vano ya que las sombras lo redujeron.
   Desde un agujero en el techo del templo, por donde se podían apreciar haces de luz en todas direcciones, se oyeron dos voces, una masculina y otra femenina, ambas hablando al unísono. Indicó a las sombras que dejaran al tipo.
   -¿Quién eres y qué quieres?- dijeron las voces.
   -Mi nombre es Wander. Vengo porque he escuchado que puedes hacerme un favor. ¿Eres tú Dormin?
   -Nosotros somos Dormin. ¿De qué favor hablas?
   -He escuchado que puedes revivir a los muertos. ¿Es eso cierto?
   -Escuchas bien, podemos hacerlo, a cambio de un pequeño precio.
   -Lo que sea para poder revivir a la chica que está allá acostada.
   -¿Ves las estatuas del corredor? Son estatuas que representan a los colosos que habitan estas tierras. Debes, guiado por tu espada, destruir a cada uno de ellos. Cumplido esto, yo cumpliré con mi parte del trato.
   -¿Guiado por mi espada?
   En ese momento Wander desenfundó su espada. Un haz de luz cayó en ella y le indicó el camino a seguir.
   -Pues bien, no queda más que hacer aquí. ¡Agro!-gritó Wander
   Agro llegó corriendo donde estaba. Wander subió a su lomo y emprendió el viaje hacia el primer coloso.
   Al llegar al lugar donde le indicaba la luz reflejada por su espada, se bajó de Agro y empezó a escalar las murallas. Al llegar a la cima y avanzar unos pasos, vio al primero de dieciséis de los cuales serían sus enemigos. Un coloso de por lo menos 20 metros de altura con un mazo en una de sus manos. Wander no sabía qué hacer, hasta que las voces de Dormin le susurraron al oído.
   -Estos monstruos tienen puntos débiles, guiado por tu espada puedes saben en dónde se encuentran.
   Wander sacó su espada y nuevamente el haz de luz le indicó la pantorrila izquierda del coloso. Tomó su arco y flecha y le dió un disparo para llamar su atención. Al sentir el coloso que alguien estaba cerca, fue en busca de él para matarlo. Wander se armó de valor y fue corriendo hacia su pierna izquierda. Una luz azul se reflejaba en su pantorrila. Wander afirmado de los pelos de ésta, enterró su espada en él. El coloso cayó de rodillas y Wander subió a su espalda. El coloso al pararse se sacudía intentando hacer que quien intentaba matarlo cayera, pero Wander era fuerte y no se soltaba. Al llegar a su cabeza un gran símbolo iluminado azul se veía en su cráneo. Wander, valido de su espada, con todas sus fuerzas le propinó tres estocadas en su cráneo. Salía sangre negra a borbotones desde las heridas. El coloso, debilitado, cayó muerto al suelo. Una sombra empezó a rodearlo y su cuerpo se hizo de piedra, mientras un tipo de sombras con forma de serpiente salían desde ellas. Wander veía el montón de rocas que imitaban el cadáver del ya muerto coloso, cuando estas sombras se dirigieron a él y entraron a su cuerpo. Wander cayó al suelo y perdió la conciencia.
   Al despertar, se dio cuenta que estaba en el templo, y que la primera estatua, la cual correspondía al primer coloso estaba hecha añicos. Las voces de Dormin le hablaron nuevamente.
   -Vuestro siguiente oponente es... En una caverna cercana a la playa se mueve lentamente... eleva vuestro coraje, y derrótalo.
   No oyó más palabras y nuevamente emprendió el viaje en el lomo de Agro valido de su espada, arco, flecha y su gran valor.
   Poco a poco fue matando a los colosos que habitaban las tierras desiertas, en las cuales sólo habitaban lagartijas y águilas. Para cada coloso debía valerse de diferentes formas para poder matarlos, En algunos casos debía usar su entorno para su beneficio. Algunos fueron más fáciles de matar y otros más difíciles. Algunos fueron más fáciles que encontrar que otros. No todos tenían forma de humanos, algunos tenían forma de aves, toros, serpientes y otras formas más. No todos estaban en la tierra, algunos estaban en el mar e incluso en el aire. No todos estaban al aire libre, algunos estaban en templos, ciudades abandonadas, lagos, praderas, desiertos, geysers y muchos lugares más. Para algunos casos Wander necesitó la ayuda de Agro, ya que solo no lo lograría. Pero hubieron otros casos en los que Agro no le pudo hacer compañía al no estar apto el terreno para avanzar con él.
   Mientras todo esto sucedía, un chamán llamado Lord Emon presintió que algo malo estaba por ocurrir en las tierras prohibidas, cuando se dio cuenta que Dormin estaba haciéndose más y más fuerte. Él junto a su pequeño escuadrón emprendieron el viaje a estas tierras de nadie para detener la tragedia.
   Al matar al penúltimo coloso y nuevamente despertar en el templo, Dormin le habló a Wander.
   -Finalmente, el último coloso... el ritual está pronto a acabar, el deseo está próximo a ser cumplido, pero ahora alguien amenaza con entrometerse. Date prisa, pues el tiempo, es corto...
   Wander estaba pálido y muy delgado. Cada vez que iba matando a los colosos su figura iba empeorando. Armado de valor, sabiendo que estaba a sólo un paso de lograr su deseo, subió al lomo de Agro y fue rumbo a lo que sería el fin de todo.
   Al llegar, se topó con una puerta muy grande con una esfera en ella que emitía luz. Con su espada iluminó esta esfera. La puerta se abrió lentamente y avanzó junto a Agro. Al subir unas escaleras, se encontró con un puente que tenía un aspecto de estar muy frágil. Lo cruzó a toda velocidad montado en Agro. Pero al pasar el puente se empieza a desmoronar. Al llegar al final, Agro da un salto, pero la placa de piedra en la que cae se destruye. Wander alcanza a saltar, pero Agro cae al río que estaba al fondo del cañón.
   Wander, con mucha impotencia, continúa su camino. Al pasar un túnel se empiezan a oir rayos. De un momento a otro empezó una tormenta. Llegó al lugar donde se encontraba el último coloso. Debía medir como mínimo 100 metros. Estaba muy lejos de él, y lo amenazaba lanzándole rayos que movían toda la tierra al impactar con ésta. Al llegar a él, empezó a escalarlo. Finalmente, luego de una escalada bastante cansadora, llegó a su cabeza. Le dio cinco estocadas con su espada y el último coloso cayó muerto. Las sombras entraron en su cuerpo y cayó inconsciente al suelo.
   Cuando Lord Emon llegó al templo, vio la última estatua en el corredor, la cual correspondía al último coloso, destruirse. Lord Emon se temió lo peor. Él y su escuadrón se acercaron a Mono, quien seguía acostada sobre la piedra. Cuando se sieron vuelta, vieron a Wander recostado en el suelo. Su espada cayó desde el agujero en el techo y se enterró unos cuantos metros más allá de él. Wander se levantó y se dirigió hacia Mono. Tenía un aspecto demoníaco, le habían crecido unos pequeños cuernos y tenía la piel totalmente pálida. Lord Emon dió la orden que le dirpararan. Uno de sus hombres tomó su ballesta y le dió en su muslo derecho, cayendo al suelo. Luego, otro de los hombres tomó la espada, y mirándolo con pena, se la enterró en el pecho. Tal cual un coloso, empezó a salir sangre negra por montones de su pecho. Pero en vez de morir, Wander se levantó, sacó la espada de su pecho y les habló, pero no con su voz de siempre, sino con la voz de Dormin.
   -Este chico ha muerto para poder revivirnos. Ha restituido las dieciséis partes de nuestra alma. Ahora nosotros tomaremos su cuerpo para poder destruirlos a ustedes.
   Las sombras se apoderaron del cuerpo de Wander, ahora poseído por Dormin. Empezó a crecer tanto hasta tomar la forma de un coloso con forma de humano con unos cuernos gigantes. Lord Emon y sus hombres decidieron arrancar, mientras Dormin los atacaba. Uno de los hombres del escuadrón le entregó la espada de Wander a Lord Emon.
   -Ojalá esto nunca vuelva a ocurrir- dijo Lord Emon, lanzando la espada desde lo alto del camino en espiral hacia la pileta.
   Al caer ésta en la pileta, una luz blanca iluminó todo el templo y empezó a absorber a Dormin. Lord Emon, asustado, subió a su caballo y empezó a arrancar junto a sus hombres. Dormin, que ahora tenía la forma de Wander, miró a Mono y empezó a caminar hacia ella, como si Wander fuese quien aún dominaba ese cuerpo. Pero las ráfagas de viento que lo conducían hacia la pileta eran aún más fuertes. Finalmente, el cuerpo de Wander fue absorbido.
   Al salir Lord Emon y sus hombres por el puente de piedra, éste comenzó a destruirse. Casi pisándoles los talones, lograron llegar a la salida. Lord Emon, mirando el valle, el puente destruido y el templo en el fondo, se lamentó.
   -Wander, si sobreviviste a la furia de Dormin, espero te des cuenta del daño que le hiciste a la humanidad.
   Dicho esto, Lord Emon y sus hombres se marcharon.
   Mientras tanto, en el templo, Mono empieza a despertar. Dormin había cumplido su parte del trato. A su lado aparece Agro, quien no había muerto, pero una de sus patas traseras estaba rota. Apenas caminando, Mono empieza a ver el templo, con los escombros de lo que alguna vez fueron estatuas. Al llegar a la pileta, esta vez seca, encontró a un bebé desnudo con pequeños cuernos en su cabeza. Lo tomó en sus brazos, siguió explorando el lugar y subió por el camino en espiral. Al llegar a la cima, vio el puente destruido y un pequeño camino a su derecha. Siguiendo por el camino llegó hasta un jardín en el cual habían árboles de los más variados, las aves cantaban y había un pequeño ciervo, el cual se acercó y le lamió la frente al pequeño bebé.


Fabián Agüero